lunes, 28 de abril de 2008

España va mal. Esta tarde estaba en casa, a punto de salir a dar esas clases particulares que cobro a precio de señora de la limpieza. Suena el timbre. El de la puerta. Nos miramos ¿quién será? ¿Será que el casero ya ha descubierto que hay dos mugrosos viviendo en la pajarera que le alquiló a mi padre? Abro. Me encuentro frente a un chaval de mi edad, enfundado en un traje gris que seguramente es de su padre, agarrado a una cartera, nervioso.

CHAVAL:

Perdona que te moleste: ¿te gusta leer?

YO:

Mucho. Pero tengo un trabajo de mierda y no me alcanza para afiliarme al Club de Lectores.

El Chaval se queda en blanco un momento. Parece triste.

CHAVAL:

Vaya…qué directa, ya te la sabes, qué puedo decir…perdona…¿pero si te gusta leer?

YO:

Si pero me compro los libros de segunda mano o los saco de la biblioteca.

CHAVAL:

O en el mercat de Sant Antoni, allí hay buenos libros también

YO:

Si que los hay.

CHAVAL:

¿No tienes trabajo?

YO:

Tengo un trabajo ilegal que paga una mierda. Lo siento. De verdad que no tengo dinero para comprarte una suscripción. Me gustaría, pero no puedo.

CHAVAL:

Vale. Perdón. De todas formas nadie me compra.

YO:

No pasa nada. Cuando bajes acuérdate que para salir hay que apretar un botoncito que hay a mano derecha que hace tzzzzzt y se abre la puerta. Suerte.

CHAVAL:

Gracias.

Cierro la puerta. El Chaval era muy tierno. Pobrecito. Me recordaba a un actor. Me recordaba al Marc con el cortaúñas, la misma expresión inocente y perdida. Tendría que haberle invitado a una cerveza. De repente, vuelve a sonar el timbre.

CHAVAL (off):

Soy yo otra vez, perdón

YO:

¿Si?

CHAVAL:

¿Has dicho que no tenías trabajo?

YO:

He dicho que tenía un trabajo ilegal.

CHAVAL:

Si quieres…quiero decir…no es que te lo recomiende, es un trabajo de mierda, pero si te hace mucha falta pues al menos te pagan las dietas. Te da para comer un menú barato tipo de 5 euros. Y los dos primeros meses te pagan 800 euros aunque no vendas…bueno, dicen 800 pero en realidad son 600 euros. Pero es mejor que nada. Si lo necesitas, quiero decir.

Me lo quedo mirando algo flipada. Esa no me la esperaba. ¿Quién es el pobrecito ahora?

YO:

Gracias por decírmelo. De verdad. Pero sería muy mala comercial. No vendería ni un libro.

CHAVAL:

De verdad, si quieres, tengo por aquí unos formularios, no los he rellenado nunca pero en fin…es un trabajo horrible, pero…

YO:

Ya, gracias. Mucha suerte.

CHAVAL:

Vale. Solo era por si…por si te hacía falta…adiós.

YO:

Adiós.

Cierro la puerta. Ahora si que totalmente le tenía que haber dicho que pasase a tomarse una cerveza e involucrarlo en mis planes revolucionarios. No porque me lo quisiese ligar, eh. Es que de repente ver algo de humanidad me dio tanta tristeza y alegría a la vez que casi me echo a llorar. Como si el mundo no estuviese perdido, aún. No está perdido cuando un miserable le ofrece ayuda a otro miserable. España va como el culo, pero al menos aún sentimos piedad unos por otros. Creo que hoy mis pensamientos se resumen en:


No hay comentarios: